1. Ojos rojos.
Uno de los síntomas más característicos es este. Los vasos sanguíneos de los ojos se dilatan debido al aumento del ritmo cardíaco.
2. Se inflama el cerebro.
El THC, la sustancia más abundante en la marihuana produce una leve inflamación en la zona cerebral que coordina los movimientos. Es temporal, pero un consumo exceivo puede hacer que se prolongue.
3. Ataques de euforia.
Justo en el momento de la calada el THC entra en contacto con la zona del cerebro que regula la gratificación seguido unos minutos de mucha euforia.
4. Falla la coordinación fina.

Si tratas de escribir o atarte los zapatos después de haber fumado va a estar complicado. La marihuana influye en la coordinación fina y pierdas la capacidad de hacer trabajos de precisión.
5. Pierdes el equilibrio.
El THC también entorpece el equilibrio ya que afecta la postura corporal y el tiempo de reacción, no podrías hacer deporte o conducir.
6. Apetito voraz.
Se debe al aumento de la región gratificante del cerebro, esto hace que actuemos de manera distinta a las cosas que nos dan placer, como el chocolate o el sexo.
7. Relajación.
Puede que te sientas muy relajado pero no es así, se produce la sensación de que no dominas tu cuerpo y te falta energía, además del masoquismo o la dejadez.
8. Risa.
La risa floja tiene una razón científica, y es que la marihuana actúa sobre la percepción sensorial aumentándola y anulando su objetividad, esto hace que cualquier cosa te parezca increíblemente divertida aunque no lo sea.
9. Alteración del tiempo.
Cuando consumes marihuana el tiempo se altera, te puede parecer que sólo llevas unos minutos realizando una tarea cuando en realidad han pasado 3 horas. La razón es que esta sustancia desajusta tu reloj biológico.
10. Corazón a mil.
Los bronquios se relajan y se ensanchan, por lo tanto necesitas más aire y el corazón debe bombear más. Se pasa de los 70 latidos por minuto a 130, lo cual multiplica por 4 las posibilidades de sufrir un infarto.